lunes, 29 de septiembre de 2008

CAE LA BOLSA EN WALL STREET.

Nunca antes se habían visto tantos días desastrosos en Wall Street como el día de hoy, el Dow Jones tuvo 6.98% de pérdida, algo así como 800 puntos, y el Nasdaq cayo 9.14%, un verdadero desastre. Y eso no es todo en Europa, América Latina y Asia, los mercados fueron a la baja como nunca antes; ya se escuchan comentarios no de la peor crisis estadounidense, sino de la peor crisis mundial.
Pero ¿Qué les está pasando a los Estados Unidos? ¿Acaso es el fin del poderío económico de este país? Ni pensarlo, aunque ciertamente hay indicadores que nos hace pensar que los estadounidenses están en quiebra, también sabemos que los grandes capitales extranjeros no la dejaran caer; posiblemente no será un rescate tipo FOBAPROA mexicano, pero si vendrán posiblemente los capitales de sus aliados: los árabes, ingleses, chinos, japoneses y hasta mexicanos, ¿Por qué no?
Obviamente cuando eso ocurra tal vez haya un nuevo orden mundial en cuanto a la economía, sin embargo todo seguirá funcionando en torno a los mercados y capitales estadounidenses. Seguramente estos sucesos representan el mayor aprendizaje para los capitalistas de todos los tiempos.
En lo que respecta a los países latinoamericanos, tal vez puedan hacer de esta crisis su gran oportunidad para reposicionarse, teniendo en cuenta que muchos capitales estadounidenses saldrán de su territorio, buscando mejores alternativas de recuperación, y países como México, Chile, Brasil, entre otros deberán estar alertas a la llegada de capitales en busca de sanearse.
Mientras tanto, es previsible que haya algunas crisis locales que pudieran ser sorteadas en base a una disciplina de consumo interno que haga crecer sus mercados olvidados, dando así una oportunidad de crecimiento añorado por tanto tiempo, pero ¿están nuestros países preparados para crecer en época de crisis? Esa es la gran incógnita.
Mientras republicanos y demócratas estadounidenses se hacen trizas en torno a su elección presidencial, el resto de América debería fortalecerse, pensando que el próximo presidente estadounidense tendrá que buscar aliados, y que mejor que sus vecinos del sur y obvio, sus demás aliados.
No es secreto el hecho de que el futuro presidente recibirá a un país débil, dividido y sobre todo con una economía sostenida con alfileres, sin dejar de mencionar su problemática militar de siempre: conflictos en Irak, Afganistán, y saber que Rusia está apoyando a pseudo-comunistas emergentes como el venezolano Chávez, y que eventualmente querrá apoyar al boliviano Morales.
Son épocas de crisis, y por tanto épocas de cambios, a nosotros como simples espectadores solo nos corresponde ser responsables al momento de elegir a nuestros próximos representantes, que sencillamente de ellos dependerá si nuestro país será la nueva economía emergente del mundo, o solo se quedara en una amenza.



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